Saturday, March 14, 2009
Thursday, March 12, 2009
Diccionario Poético

Coito
Soy yo el que entra en ti
Y mis amantes
Y los amantes de ellas
Y las amantes de los amantes
Y todo el mundo
Y me reciben tú
Y todos los que tú
Y aquellos más allá
Que tú y los tuyos
Todo el mundo se muere en tú y en yo
Mujer
Toda mujer es loca
Ese es el final y triste
Argumento de los hombres
Cuando ya toda verdad se ha dicho
Cuando enumerados han sido todos
Los requiebros
Cuando las progresiones Los ajustes
La infinita retórica
Adelgaza
Está loca decimos
Destino
Fui contando las piedras del camino
Una por una
Todas
La piedra más alta era la nube de tu sueño
El hueco de tu sueño
Yo lo supe
Y fui contando las veces que el amor
Nos abrió las puertas del destino
Toda mujer es loca
Ese es el final y triste
Argumento de los hombres
Cuando ya toda verdad se ha dicho
Cuando enumerados han sido todos
Los requiebros
Cuando las progresiones Los ajustes
La infinita retórica
Adelgaza
Está loca decimos
Destino
Fui contando las piedras del camino
Una por una
Todas
La piedra más alta era la nube de tu sueño
El hueco de tu sueño
Yo lo supe
Y fui contando las veces que el amor
Nos abrió las puertas del destino
Instinto
El toro que hunde una y otra vez el pitón en la carne sangrante del matador vestido de luces, está más vivo que todos los filósofos.
El toro que hunde una y otra vez el pitón en la carne sangrante del matador vestido de luces, está más vivo que todos los filósofos.
Wednesday, March 11, 2009
Jaime Sabines en Bellas Artes

Con motivo del décimo aniversario luctuoso del poeta, se realizará un maratón poético en la explanada del Palacio de Bellas Artes, el domingo 15 de marzo, a partir de las 17 horas, y todo el público está invitado a participar. Habrá también música y danza. Como parte de las actividades organizadas con motivo del décimo aniversario luctuoso del querido y admirado poeta chiapaneco, se le rinde este homenaje titulado Recordando a Jaime Sabines. A estas horas aquí, somos los amorosos, en el que participarán más de cincuenta poetas y escritores de distintas generaciones; entre otros, estarán varios ganadores del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes: Javier Sicilia, Mario Bojórquez, Dana Gelinas, Eduardo Langagne, Ernesto Lumbreras y Héctor Carreto; así como los también poetas Eduardo Hurtado, Dolores Castro, Marianne Toussaint, Eduardo Mosches, Max Rojas, Hernán Bravo Varela, Thelma Nava, Roxana Elvridge-Thomas, Blanca Luz Pulido, Hernán Lavín Cerda, Luis Jorge Boone y Margarito Cuéllar, por mencionar sólo a algunos de ellos. En este maratón poético, que estará abierto a la participación del público, también tomarán parte los actores Lilia Aragón, María Aura, Héctor Bonilla, Arturo Rosales, Rodolfo Soberanis y Alberto Estrella, bajo la conducción de Pablo Boullosa; y en el que habrá oportunidad para que todo el público participe leyendo poesía.Además, se contará con una intervención de la Compañía Nacional de Danza Folklórica, dirigida por la Mtra. Nieves Paniagua, y con la interpretación de Por siempre Sabines, de Julio César Oliva, a cargo de la soprano Irasema Terrazas y el guitarrista Juan Carlos Laguna.El repertorio musical Por siempre Sabines está formado por tres poemas del autor: “Yo no lo sé de cierto”, “No es que muera de amor” y “Me doy cuenta de que me faltas”, que fueron musicalizados para soprano y guitarra en 1997, por Oliva, y escritos en un lenguaje musical romántico y profundamente conmovido por la obra del poeta, “como un modesto homenaje a su genialidad y guiado por la belleza de las palabras y por la similitud que guardan todas las frases con mi vida personal”, de acuerdo con el compositor, quien afirma que Sabines “es el poeta moderno que sabe decir las cosas con sencillez y profundidad, que sabe transmitir, desde el primer instante que se lee, todo lo que sucede alrededor con gran sabiduría y ajeno a vanguardismos y a afectaciones de las modas”.
Monday, March 02, 2009
Círculo de Poesía en el Mundo

El Círculo de Poesía ha abierto una nueva sección con poetas del mundo leyendo su poesía, hemos iniciado este proyecto con autores participantes en el importantísimo Festival Internacional de Poesía de Granada, Nicaragua 2009, que dirige nuestro querido poeta Francisco de Asís Fernández. Los materiales pueden ser consultados en:
o bien, en el sitio de youtube
Los dejamos con un video del marroquí Jalal El Makhaoui en el que lleva a su esposa en Rabat a comer hamburguesas en MacDonald's
Círculo de Poesía en Minería


La lectura pública fue organizada por la revista electrónica Círculo de poesía
México, DF a 24 de febrero de 2009.- Círculo de poesía nace como un colectivo abierto de poetas, académicos, críticos y gestores culturales que tiene como principal objetivo la difusión de la poesía en particular y de la cultura literaria en general. Primer encuentro de poetas jóvenes forma parte de las actividades destinadas a este fin teniendo como escenario la trigésima Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).
A la primera de estas sesiones acudieron los poetas Carlos Roberto Conde, Rubén Márquez, Mario Bojórquez, Jorge Mendoza y Antonio Escobar. Como presentación, definieron su actuar en estos términos: Mediante acciones concretas como la creación, la crítica, la edición de libros, revistas y suplementos culturales, la impartición de talleres literarios, cursos y conferencias, así como recitales de poetas maduros y jóvenes, el Círculo de Poesía se propone contribuir a la formación de lectores y de nuevos críticos y escritores, acorde a las exigencias de nuestro tiempo.
La lectura consistió en una selección de poemas firmados por cuatro de los cinco ponentes, en algunos casos inéditos, mientras que el quinto, Jorge Mendoza, intercaló semblanzas de sus compañeros, reflexiones, anécdotas, juicios en torno a la poesía y al sistema de becas gubernamentales en México: “Las becas son dinero, pagado por contribuyentes, que circula por grupos que ofrecen una visión, pretendidamente única, de la poesía mexicana”.
Los autores refirieron no sólo estar ligados a las tradiciones poéticas mexicanas, sino a formas ibéricas peninsulares como la alborada (identificada en la lírica portuguesa con los cantos al amanecer) y las barcarolas (que se refieren al mar).
Al ser cuestionados sobre quién era, para ellos, el mayor poeta mexicano, surgieron en la plática los nombres de Ramón López Velarde y Xavier Villaurrutia. Mario Bojórquez, por su parte, mencionó a Eduardo Lizalde como el poeta vivo más importante.
Las actividades de Círculo de poesía continuarán en el recinto de Tacuba este viernes 27 a las 19:00 hrs con la presentación de Ese obscuro recinto interminable, de la poblana Berenize Galicia. Algunos de los poemas pueden consultarse en http://www.circulodepoesia.com/blog/
Horario de la Feria: Lunes a viernes de 11:00 a 21:00 horas. Sábados y domingos 10:00 a 21:00 horas.Costo de entrada: Público en general 15 pesos. Niños menores de 12 años, personas de la Tercera Edad, estudiantes y maestros con credencial 10 pesos.Dirección: Tacuba 5, Centro Histórico. Cerca de las estaciones del metro Bellas Artes y Allende.
Para mayor información contactar aDulce Ma. López o Sandra MurilloTel. 5518 2210; 5521 4020 prensa@mineria.unam.mxfilpm30@gmail.com
Friday, February 13, 2009
V Festival Internacional de Poesía Granada-Nicaragua 2009

Lêdo Ivo gana el Casa de las Américas
http://circulodepoesia.com/blog/
dejamos aquí una parte de esa muestra:
Justificación del poeta
Padre, mis pensamientos no caben en tu sala con piano tranquilo al lado y oscuras
sillas vacías cerca de la ventana
mis inquietos pensamientos no caben en la salita con flores muriendo en los jarrones y
paisajes sonriendo en las molduras
deja que ellos se muevan más allá de las cortinas azules y caminen mucho más allá de las
ventanas abiertas
deja que se mezclen con el calmo resplandor de la luna
no te preocupes si los demás se espantan con tu hijo de ojos vivos y cabellos siempre
desaliñados
no te preocupes si recito poemas cuando la noche cae
el tiempo no existe en el alma del poeta
todo es universal y abarca todos los tiempos
los poetas, papá, son los corazones del mundo
son las manos de Dios escribiendo los poemas del mundo inseguro
no importa, papá, que digan que estoy loco
que lloro recargado en los puentes y me conmuevo en los teatros
que pregunto por la oscura Adriana cuando la madrugada baja
en silencio
en silencio
los poetas son los pianos del mundo
sólo ellos permanecerán inalterables delante de las musas y de Dios
sólo ellos tendrán la noción de la agonía del mundo
ayer un niño español fue despedazado por una bomba
mañana se encontrarán poemas en el bolsillo del suicida soñador
mientras tanto las grúas trabajan incansablemente día y noche
y los obreros fatigan sus brazos y sus piernas
ninguna oscilación habrá en la Poesía
ella quedará en equilibrio porque los ritmos la amparan
y Adriana no se prostituye.
Soy una elección. Soy una revolución.
Los murciélagos
Los murciélagos se esconden entre las cornisas
de la aduana. Pero ¿dónde se esconden los hombres,
que, a pesar de todo, vuelan la vida entera en lo oscuro,
golpeándose contra las paredes blancas del amor?
La casa de mi padre estaba llena de murciélagos
colgantes, como lamparillas, de las viejas viguetas
que sostenían el tejado amenazado por las lluvias.
“Estos hijos chupan nuestra sangre” suspiraba mi padre.
¿Qué hombre tirará la primera piedra sobre este mamífero
que, como él, se nutre de la sangre de otros animales
(¡hermano mío! ¡mi hermano!) y, comunitario, exige
el sudor del semejante aún en la oscuridad?
En el halo de un seno joven como la noche
se esconde el hombre; en el relleno de su almohada, en la luz del farol
el hombre guarda las monedas doradas de su amor.
Pero el murciélago, durmiendo como un péndulo, sólo guarda el día ofendido.
Al morir, nuestro padre nos dejó (a mí y a mis ocho hermanos)
su casa donde en la noche llovía por las tejas quebradas.
Cancelamos la hipoteca y conservamos los murciélagos.
Y entre nuestras paredes ellos se debaten: ciegos como nosotros.
La muerte de Elpenor
Los burdeles de Maceió iluminan mi adolescencia.
Considero uno de los mayores privilegios de mi vida haber sido admitido en ellos a una edad juvenil. Era por las tardes que yo los frecuentaba, y llegaba casi siempre en el instante en que las putas, recién salidas del baño, se recargaban castamente en las verandas delante del mar y contemplaban los navíos. Al olor del jazmín evaporado de sus cuerpos morenos se mezclaba el de la marejada embriagadora.
En uno de esos prostíbulos, situados en el piso superior con viejos balcones que también abrigaban almacenes de azúcar y bodegas de fondos oscurecidos, ocurrió la muerte de un marinero, un tal Elpenor.
Contrario a lo que dice Homero, Elpenor no cayó del techo del palacio de Circe. Completamente borracho, rodó por la escalera del burdel de Maceió y se quebró el cuello. Su alma bajó al Hades.
Ese lamentable accidente me privó, aquella tarde, del placer habitual de respirar, junto a las putas de mi pueblo, el olor de jazmín que se enlazaba, como un dulce y largo coito regido por el bochorno, a todos los perfumes del Océano.
Los burdeles de Maceió iluminan mi adolescencia.
Considero uno de los mayores privilegios de mi vida haber sido admitido en ellos a una edad juvenil. Era por las tardes que yo los frecuentaba, y llegaba casi siempre en el instante en que las putas, recién salidas del baño, se recargaban castamente en las verandas delante del mar y contemplaban los navíos. Al olor del jazmín evaporado de sus cuerpos morenos se mezclaba el de la marejada embriagadora.
En uno de esos prostíbulos, situados en el piso superior con viejos balcones que también abrigaban almacenes de azúcar y bodegas de fondos oscurecidos, ocurrió la muerte de un marinero, un tal Elpenor.
Contrario a lo que dice Homero, Elpenor no cayó del techo del palacio de Circe. Completamente borracho, rodó por la escalera del burdel de Maceió y se quebró el cuello. Su alma bajó al Hades.
Ese lamentable accidente me privó, aquella tarde, del placer habitual de respirar, junto a las putas de mi pueblo, el olor de jazmín que se enlazaba, como un dulce y largo coito regido por el bochorno, a todos los perfumes del Océano.
Thursday, February 05, 2009
En Nicaragua
Sunday, January 25, 2009
Monday, January 19, 2009
Thursday, January 15, 2009
Wednesday, January 14, 2009
Jorge Ortega habla de Invocación al mar

Mario Bojórquez: Invocación al mar
Por Jorge Ortega
En 1995 Mario Bojórquez (Los Mochis, 1968) obtuvo el primer lugar del género de poesía en el Concurso Literario del Noroeste CECUT-SOGEBAC (Premio de poesía Abigael Bohórquez, el propio poeta Abigael Bohórquez fue jurado, al lado de Dionicio Morales y Lauro Acevedo), con el trabajo titulado Invocación al mar. Se trata de siete poemas, de siete versiones sobre la catadura del mar y sus lecturas. El título lo dice: invocación en el sentido quiromántico, donde el trecho del pulso a la materia (el mar a flor de piel), es la magnitud del presagio. Para sentir el mar hay que primero imaginarlo, acrecentar la expectativa para que los beneficios sean una espera florecida con el fabular. Pero si en las cuentas la imaginación es paraje incierto, el desgarre de la poetización es conclusión titubeante, varias nociones de una misma naturaleza. Así en el poema que abre Invocación al mar vemos como la presencia marina se desgaja en éstas sus metamorfosis continuas, distintos rostros de su proyección como materia invocada. Cito:
I
No es agua el mar, es fuego
incendio de la ola en su marea
No es agua el mar, es brasa
hoguera insomne, antorcha de viajero
No es agua el mar, es lumbre
escaldación infausta, sol hirviente
No es agua el mar, si quema
Ya Gorostiza en sus Canciones para cantar en la barcas (1925), había intuido del mar una omnipresencia que es, a un mismo tiempo, contradicción y complementariedad de toda presencia estable. Pero en tanto a Gorostiza le intriga el mar cual metáfora ontológica, a Bojórquez cual presencia indefinible por voluble y enriquecedora. Aunque bien se apoya en Gorostiza para esquematizar a partir de una dicotomía, está más cerca de ese Villaurrutia oscurantista de “Nocturno mar”, donde el poeta, conciencia evocadora, une las significaciones alquímicas del mar con las propiedades emotivas del lenguaje. Villaurrutia opta por la melancolía y el desamor, el mar como caudal lacrimoso arrastrando trozos de quejumbre, erosionando la soledad; Bojórquez por el paréntesis erótico y la audacia figurativa. Pero ambos coinciden al hacer de su postura una misión sacerdótica que pretende interpretar el atributo de las aguas. Cito:
II
¿Qué palabra contiene
su furia y su prodigio?
¿Qué palabra lo fija
lo acecha en su espesura?
¿Qué palabra sujeta
el temple de su orilla?
¿Qué palabra es el mar
qué nombra su sonido?
En el tercer poema de Invocación al mar, Bojórquez polariza, cardinal, las encarnaciones fallidas y torpes, lustrosas y certeras, de ese mar con derroteros desbordantes. El comodín erótico se afina hasta sentenciarse, adaptado a una atmósfera de punzante estrépito. La metáfora muda de lo inmarcesible a lo concreto, adquiriendo la coloración del escarceo. Cito:
III
Agua lustral, espumoso veneno
Fresca gota de sangre, miel calada
Río ancho, indócil, petulante
Vaso en el borde, copa, corrimiento
Marea boba, cántaro de lluvia
Fuente, cascada, nieve, lago calmo
Clepsidra, mercurio y bocatoma
Nombres del agua, máquinas del agua
Alzan el índice sobre el falange roto
Corrido y vaporoso y estancado
En un cuarto poema, el agua asciende al objeto de conflicto como sustancia redentora, es la llave de todos los estados físicos y cielo del que emanan todas las parcialidades a que me he referido, los rostros donde el mar vuelca su grandeza, su presteza para simbolizar nuestra muerte o desatino. Bojórquez canta del agua su principio y fin en el gozo sensual, pero también su galope intermedio. De la humedad brota la vida, y de ésta como alucinación permanente, brota el ensueño en su raíz indemne y radical: la pasión. A su vez, la pasión es ruptura, vaho de muerte en que probamos la corteza del abismo vital, rumoroso. Si Manrique concluyó que nuestras vidas son ríos que van a dar a la mar que es el morir, y Tales que el agua es el origen de la vida, entre ambos polos se cumple el encabrite del mar como presencia física reconfortante, desglosada en reiteraciones. Cito:
IV
El agua, serpenteante, su venero
El agua, presurosa, su caída
El agua, coloidal, cuaja su grumo
El agua, vesperal, abre su niebla
El agua, tormentosa, con su estruendo
El agua, alucinante, sueña su agua
Así el quinto poema de Invocación al mar es un venablo:
V
Aquí está el mar
¿escuchas su violenta llamada entre las rocas sin descanso?
Incansable e inalcanzable, deja el mar en su tropiezo las evidencias de su enclave, las descripciones de su aspecto, su hospedaje fantástico y real, abundoso en calificativos infranqueables. El sexto poema es una continuación del anterior, sólo que ahora si vemos el agua como diosa develada. El mar es el presente, el aquí, en su vaivén de concepciones es mitología simultánea, tangible y legendaria como la ancianidad de su fama que llega a nuestros días. Sin embargo, en intento por fijar envergadura, el mar escapa a nuestras acepciones como infinita nómina de epítomes. El primer hexámetro de la Ilíada sirve de émulo:
VI
Canta, oh Diosa, la cólera del mar
Que nos diga la fuente su mística premura
Que nos hable en la ola fugaz de su marea
Aquí está el mar, aquí su incandescencia
Su canto proceloso de sirenas
Su mengua pesca de la luna boba
Su prodigio de sales y locura
Su tormenta, su sol, su movimiento
Su trigo despojado de malezas
Su miedo y su descanso
Su furia de volcanes espumosos
Su timón y su fuego y su lamento
Su inagotable sed, su pulpa hirviente
Su levante y su céfiro
Su astrolabio y su dársena
Su comba, su cadera
Su monstruo, su concha, su crustáceo
Su vestido de nieve en el verano
Su sargazo, su bosque submarino
Su quietud sin reposo
Su ánima corpórea
Su acento tremedal
Su canto sordo
Invocación al mar cierra con una reverencia que hace las veces de guiño, con la cual Mario Bojórquez reafirma en el argumento marino navegación perpetua. El poeta es un Jason que alista su zarpaje cargado de las mismas preguntas iniciales, mas la reserva inspiradora del mar queda aún irresoluta en un señuelo de liberación. El temple poético se abre como un velamen dispuesto a la aventura. El mar es circuito alimentado con la duda de su tope transformante. Es en este séptimo y último poema de la serie donde la similitud con Villaurrutia es una trinchera de inútil camuflaje, ya que el poeta termina aceptando su vasallaje frente a la naturaleza impredecible. Concluyo:
VII
Te invoco mar, negro mar, ciego mar de mis ojos
Surcaremos las aguas de tu incendio imprevisto
Ataremos los cuernos de tu tobillo lánguido
Y tú, animal bramando, mostrarás tus quijadas
¿Dónde estás, quién te llama, obligado perfume de mariscos secretos?
Remos velas timón
Arderán en el soplo de la vejiga rota
Romperán ebrias olas los trémulos bajeles
Abrazarán costados su fatigado brote
Erigirán espumas incandescente mástil
¿Dónde estás, quién te nombra fusil, cántaro, vena constante en el mármol salado?
En Fronteras de sal: Mar y desierto en la poesía de Baja California
Jorge Ortega
Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali, 2000, 305 pp.
Por Jorge Ortega
En 1995 Mario Bojórquez (Los Mochis, 1968) obtuvo el primer lugar del género de poesía en el Concurso Literario del Noroeste CECUT-SOGEBAC (Premio de poesía Abigael Bohórquez, el propio poeta Abigael Bohórquez fue jurado, al lado de Dionicio Morales y Lauro Acevedo), con el trabajo titulado Invocación al mar. Se trata de siete poemas, de siete versiones sobre la catadura del mar y sus lecturas. El título lo dice: invocación en el sentido quiromántico, donde el trecho del pulso a la materia (el mar a flor de piel), es la magnitud del presagio. Para sentir el mar hay que primero imaginarlo, acrecentar la expectativa para que los beneficios sean una espera florecida con el fabular. Pero si en las cuentas la imaginación es paraje incierto, el desgarre de la poetización es conclusión titubeante, varias nociones de una misma naturaleza. Así en el poema que abre Invocación al mar vemos como la presencia marina se desgaja en éstas sus metamorfosis continuas, distintos rostros de su proyección como materia invocada. Cito:
I
No es agua el mar, es fuego
incendio de la ola en su marea
No es agua el mar, es brasa
hoguera insomne, antorcha de viajero
No es agua el mar, es lumbre
escaldación infausta, sol hirviente
No es agua el mar, si quema
Ya Gorostiza en sus Canciones para cantar en la barcas (1925), había intuido del mar una omnipresencia que es, a un mismo tiempo, contradicción y complementariedad de toda presencia estable. Pero en tanto a Gorostiza le intriga el mar cual metáfora ontológica, a Bojórquez cual presencia indefinible por voluble y enriquecedora. Aunque bien se apoya en Gorostiza para esquematizar a partir de una dicotomía, está más cerca de ese Villaurrutia oscurantista de “Nocturno mar”, donde el poeta, conciencia evocadora, une las significaciones alquímicas del mar con las propiedades emotivas del lenguaje. Villaurrutia opta por la melancolía y el desamor, el mar como caudal lacrimoso arrastrando trozos de quejumbre, erosionando la soledad; Bojórquez por el paréntesis erótico y la audacia figurativa. Pero ambos coinciden al hacer de su postura una misión sacerdótica que pretende interpretar el atributo de las aguas. Cito:
II
¿Qué palabra contiene
su furia y su prodigio?
¿Qué palabra lo fija
lo acecha en su espesura?
¿Qué palabra sujeta
el temple de su orilla?
¿Qué palabra es el mar
qué nombra su sonido?
En el tercer poema de Invocación al mar, Bojórquez polariza, cardinal, las encarnaciones fallidas y torpes, lustrosas y certeras, de ese mar con derroteros desbordantes. El comodín erótico se afina hasta sentenciarse, adaptado a una atmósfera de punzante estrépito. La metáfora muda de lo inmarcesible a lo concreto, adquiriendo la coloración del escarceo. Cito:
III
Agua lustral, espumoso veneno
Fresca gota de sangre, miel calada
Río ancho, indócil, petulante
Vaso en el borde, copa, corrimiento
Marea boba, cántaro de lluvia
Fuente, cascada, nieve, lago calmo
Clepsidra, mercurio y bocatoma
Nombres del agua, máquinas del agua
Alzan el índice sobre el falange roto
Corrido y vaporoso y estancado
En un cuarto poema, el agua asciende al objeto de conflicto como sustancia redentora, es la llave de todos los estados físicos y cielo del que emanan todas las parcialidades a que me he referido, los rostros donde el mar vuelca su grandeza, su presteza para simbolizar nuestra muerte o desatino. Bojórquez canta del agua su principio y fin en el gozo sensual, pero también su galope intermedio. De la humedad brota la vida, y de ésta como alucinación permanente, brota el ensueño en su raíz indemne y radical: la pasión. A su vez, la pasión es ruptura, vaho de muerte en que probamos la corteza del abismo vital, rumoroso. Si Manrique concluyó que nuestras vidas son ríos que van a dar a la mar que es el morir, y Tales que el agua es el origen de la vida, entre ambos polos se cumple el encabrite del mar como presencia física reconfortante, desglosada en reiteraciones. Cito:
IV
El agua, serpenteante, su venero
El agua, presurosa, su caída
El agua, coloidal, cuaja su grumo
El agua, vesperal, abre su niebla
El agua, tormentosa, con su estruendo
El agua, alucinante, sueña su agua
Así el quinto poema de Invocación al mar es un venablo:
V
Aquí está el mar
¿escuchas su violenta llamada entre las rocas sin descanso?
Incansable e inalcanzable, deja el mar en su tropiezo las evidencias de su enclave, las descripciones de su aspecto, su hospedaje fantástico y real, abundoso en calificativos infranqueables. El sexto poema es una continuación del anterior, sólo que ahora si vemos el agua como diosa develada. El mar es el presente, el aquí, en su vaivén de concepciones es mitología simultánea, tangible y legendaria como la ancianidad de su fama que llega a nuestros días. Sin embargo, en intento por fijar envergadura, el mar escapa a nuestras acepciones como infinita nómina de epítomes. El primer hexámetro de la Ilíada sirve de émulo:
VI
Canta, oh Diosa, la cólera del mar
Que nos diga la fuente su mística premura
Que nos hable en la ola fugaz de su marea
Aquí está el mar, aquí su incandescencia
Su canto proceloso de sirenas
Su mengua pesca de la luna boba
Su prodigio de sales y locura
Su tormenta, su sol, su movimiento
Su trigo despojado de malezas
Su miedo y su descanso
Su furia de volcanes espumosos
Su timón y su fuego y su lamento
Su inagotable sed, su pulpa hirviente
Su levante y su céfiro
Su astrolabio y su dársena
Su comba, su cadera
Su monstruo, su concha, su crustáceo
Su vestido de nieve en el verano
Su sargazo, su bosque submarino
Su quietud sin reposo
Su ánima corpórea
Su acento tremedal
Su canto sordo
Invocación al mar cierra con una reverencia que hace las veces de guiño, con la cual Mario Bojórquez reafirma en el argumento marino navegación perpetua. El poeta es un Jason que alista su zarpaje cargado de las mismas preguntas iniciales, mas la reserva inspiradora del mar queda aún irresoluta en un señuelo de liberación. El temple poético se abre como un velamen dispuesto a la aventura. El mar es circuito alimentado con la duda de su tope transformante. Es en este séptimo y último poema de la serie donde la similitud con Villaurrutia es una trinchera de inútil camuflaje, ya que el poeta termina aceptando su vasallaje frente a la naturaleza impredecible. Concluyo:
VII
Te invoco mar, negro mar, ciego mar de mis ojos
Surcaremos las aguas de tu incendio imprevisto
Ataremos los cuernos de tu tobillo lánguido
Y tú, animal bramando, mostrarás tus quijadas
¿Dónde estás, quién te llama, obligado perfume de mariscos secretos?
Remos velas timón
Arderán en el soplo de la vejiga rota
Romperán ebrias olas los trémulos bajeles
Abrazarán costados su fatigado brote
Erigirán espumas incandescente mástil
¿Dónde estás, quién te nombra fusil, cántaro, vena constante en el mármol salado?
En Fronteras de sal: Mar y desierto en la poesía de Baja California
Jorge Ortega
Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali, 2000, 305 pp.
Tuesday, December 30, 2008
Monday, December 29, 2008
Friday, December 26, 2008
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