Este es El deseo postergado, el cual obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2007.
-el mejor áureo sueño de la plata-
Eduardo Lizalde
Escucha cómo late tu sangre
Cómo pierde el oído su pulso acelerado
Escucha el ardor de las venas bajo la coraza de tu piel
Súbete en el caballo desbocado de tu sangre en la vena
Dale sangre a tu vena
Dale vena a esa sangre para que corra
Ahora que ya es tuya
Que vas con ella montado en su sonido
Observa que cojea, que su potro ha quedado mordido por el hambre
Que un destino ha baldado su galopar esbelto
Que se oxida la grupa
Corre en tu sangre los caminos vedados a la conciencia
Siente la espina injertada en el casco
Pretzels que ya ha recorrido la geografía literaria del español con buena fortuna, a partir de su publicación iniciamos el proyecto de la Colección Gláphyras de poesía.
Eduardo Lizalde
Escucha cómo late tu sangre
Cómo pierde el oído su pulso acelerado
Escucha el ardor de las venas bajo la coraza de tu piel
Súbete en el caballo desbocado de tu sangre en la vena
Dale sangre a tu vena
Dale vena a esa sangre para que corra
Ahora que ya es tuya
Que vas con ella montado en su sonido
Observa que cojea, que su potro ha quedado mordido por el hambre
Que un destino ha baldado su galopar esbelto
Que se oxida la grupa
Corre en tu sangre los caminos vedados a la conciencia
Siente la espina injertada en el casco
Pretzels que ya ha recorrido la geografía literaria del español con buena fortuna, a partir de su publicación iniciamos el proyecto de la Colección Gláphyras de poesía.
Brooklin Bridge
Desde la otra orilla de lo que digo
se tiende un puente para llegar a mi palabra
Cada vez que pronuncio mi nombre
mi nombre vuelve a mí desfigurado
Cada que digo agua, el agua vuelve viento
el viento fuego, el fuego mi nombre exacto
pero mucho más pleno, y más desconocido.
Tiro palabras, nombres, versos a la otra orilla
cada vez
y cada vez anuncia nuevas intensidades
de lo que no conozco.
Habría de arrojar sobre este puente
aquello que no digo, mi silencio
para que alguna vez vuelva poema.
Diván de Mouraria es un libro en edición bilingüe portugués-español publicado bajo los auspicios de la Casa Fernando Pessoa de Lisboa, Portugal.
Casida de la angustia
I
Un ácido durazno
una escaldada lengua de durazno
un picante y ardiente y amargo y picante durazno
en la escaldada lengua, oh tristes,
eso es la angustia.
¡Ah! sonrisa estudiada, aligerada, ensayada en el espejo
de lo que no digo.
¡Ah! estúpida respiración despepitada, oprimida, deletreada
veneno inocuo
ulceración.
Que frágil corazón para el que sufre angustia
que lenta máquina, que desastrada
y lenta máquina es el corazón.
II
No conoció la fiebre
mi lengua no conoció la fiebre
no se alzó enardecida para un canto febril
sólo un cantar alegre
oh tristes
sólo un cantar alegre
cantaba mi lengua en su canción.
III
Este veneno ya estaba en mí
en mi sangre
antes de mí, mi sangre ardió,
antes de mí, mi sangre envenenaba a otros,
mi padre y su padre y sus abuelos, todos heridos
hasta el principio primordial.
Todos ardían como yo
todos arden conmigo.
IV
Pero el veneno escalda la lengua más feliz
¡oh, tristes!
Hablo de mí, sólo de mí.
Contradanza de pie y de barro, obtuvo el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa en 1996 y fue publicado bajo el sello del Fondo Editorial Tierra Adentro.
El barro tiene un nombre
plural, desconocido
donde agitan sus costas
mares incontinentes
ola del barro alza
su sábana de espumas
sobre su propio cuerpo.
¿Cuál palabra designa
tanta viscosidad
primigenia blandura?
****
El barro tiene un nombre
singular conocido
se aloja en recovecos
donde la luz ausente
adultera las sombras.
Imprime con su sangre
mancha devoradora
territorios discretos.
Insiste, abre, aturde
silenciosa carrera
al centro de su agua
donde late la vida.
****
Este es mi primer libro Pájaros Sueltos, el cual tuvo una edición bilingüe en inglés-español y reúne los primeros poemas.
CARTA DESNUDA
I
Hoy, cansado de los pájaros, me recubro de espejos
me voy haciendo menos frente al mar, que tampoco ha dormido esta noche
jardín donde los peces van tejiéndose amores
veleros que de noche encallan en silenciosos versos.
Esta noche la veo
vestida de metal en inviernos serenos
caminando entre sombras más antiguas que el fuego
derribando este paso del imposible encuentro
desde el azul al rojo va la diosa del sueño
pero quizá las cosas desconocen su cuerpo
vivo derroche de las formas en tiempos
camina desde mí, esta noche
usted no sabe a donde va, yo tampoco la espero
usted, es hoy un tren que transita en las vías de mi insomnio
ese tren que me lleva al Auschwitz
como un hijo de Abraham.
II
En mi frente se dibuja una pena
una pena pequeña como un grano de arroz
esta pena no es usted
es el infeliz desierto de lo que nos callamos
sigue a la vuelta como un mañana feroz, un dormir, un despertar
para volver a la vuelta de los días
a la vuelta de la esquina
entonces el Tigre
el viejo y repetido Tigre
rasgando el velo de lo que callamos tanto
el Reloj en el punto de marcar otras horas
comiéndose la noche sin prisa
va el Reloj o el Tigre
mancha devoradora
hasta el último viento que mis ojos no ven
pero entonces el Tigre
querida, el Tigre que la mira caminar en las sombras
es el Tigre de mi lujuria
que rompe los cristales de su cuerpo sediento.
III
Hoy, cansado de los pájaros
me he cortado las alas
y mi voz ya no vuela.
Hoy, el Tigre la devoró.
Viejo Tigre rayado y malcontento
te bebiste la sangre de un cuerpo que no es mío
que se va con el humo
que se parece acaso al rugir de ese mar que tampoco ha dormido.
Usted es real.
Lo demás corre por mi cuenta.
P.D. ¿Tiembla mi carta en sus manos?
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