Saturday, July 12, 2008

La nueva poesía mexicana



Un nuevo sitio dedicado a la más nueva poesía mexicana, en él encontrarás completa la antología La luz que va dando nombre, preparada por Alí Calderón, Jorge Mendoza, Álvaro Solís y Antonio Escobar, la cual reúne a más de setenta autores nacidos entre 1965 y 1985. Lo mejor de la nueva poesía mexicana en un solo volumen:

La nueva poesia mexicana

Defenitivamente jueves



Aparece en la ciudad de Puebla, la revista literaria quincenal Definitivamente Jueves que ha tomado el título de un hermoso poema de Waldo Leyva, en este número aparecen poemas de Omar Lara de Chile, de don Lêdo Ivo de Brasil y de otros autores jóvenes como Stephani Granda Lamadrid. Usted puede conocerlo en línea a través de:

Círculo de poesía

Tuesday, July 08, 2008

MUESTRA DE POESÍA MEXICANA (1964-1985)


Apuntes para una muestra


Observar y registrar el pulso de la poesía mexicana haciendo un ejercicio crítico y exponencial de sus múltiples caminos y aproximaciones, ha sido costumbre que al pasar de los años vuelve sobre sus propios términos para probarse que siempre hubo un desbordamiento de entusiasmo o una severidad electiva impropia, ya se peca por generosidad o bien por mezquindad; veremos al propio Octavio Paz lamentarse veinte años después de la publicación de Poesía en movimiento por no haber incluido al poeta Eduardo Lizalde en esa antología; la Asamblea de poetas jóvenes de México de Gabriel Zaid, es desde todos los puntos de vista, un ejercicio de la desmesura; desde la aparición de El manantial latente, sus autores han recibido un constante rechazo por su visión excluyente; Árbol de variada luz es un excelente trabajo que lamentablemente denota cierto regionalismo por la inclusión inapropiada de autores; Eco de voces se propuso un número de autores que excedían nuestra capacidad de registro sensible. Lo más nuevos intentos de reconocimiento del espectro poético nacional nos remiten a los celebrados anuarios de poesía del INBA en los cincuentas, me refiero a las dos antologías del 2005 preparadas por Joaquín Mortiz y el Fondo de Cultura Económica. ¿Podemos aspirar a una muestra convencional sin tintes grupales de autolegitimación? o bien, ¿Asumir desde ya, que existen lecturas diversas del mismo fenómeno que incluyen preferencias estéticas y propuestas concretas de asimilación de una tradición nacional? Hemos visto con claridad dos proposiciones enfrentadas al respecto del ejercicio poético en México, dos grandes campos de experimentación literaria que no se anulan propiamente pero que si se enfrentan; a una le hemos llamado “la prosa de Guadalajara” que recupera con fortuna el aporte de tres autores fundamentales de la narrativa nacional: Agustín Yánez, Juan Rulfo y Juan José Arreola, a partir de esta lección y con vínculos concretos hacia ciertas maneras francesas de expresión posteriores a las vanguardias, como el poema objeto, y que en su vertiente más pura refiere a la tradición oriental de la poesía tan cara a Paz y sus seguidores; y por otra parte una poesía que sin nombre ni domicilio conocido (recientemente un crítico la ha llamado "La Escuela de Retórica"), trata de recuperar el legado de Contemporáneos y su generación inmediatamente posterior, signada por tres o cuatro nombres fundamentales: Alí Chumacero, Rubén Bonifaz Nuño, Jaime Sabines y Eduardo Lizalde. Esta última, tan extendida y sin capitanes visibles, lucha por encontrar caminos de supervivencia entre los oropeles de la legitimación y la asediada descalificación por omisión de actores reconocibles en la arena literaria. Desde esa perspectiva, la poesía nacional sólo podría ser entendida a través de las reflexiones de Eduardo Milán, un crítico que ha fundado una manera de leer nuestra poesía tendiendo puentes hacia las vanguardias latinoamericanas; afortunadamente, la suya ya no es la única voz autorizada, sin dejar de encomiar sus aportes y la herencia extendida entre un número importante de nuevos críticos nacionales, se abren nuevas voces de estricto andamiaje conceptual, pienso ahora en Jorge Fernández Granados, Heriberto Yépez, Alí Calderón, Rogelio Guedea o Jorge Ortega, por mencionar algunos. Se espera que de estos autores nazca una nueva manera de comprender los procesos estéticos de la literatura nacional. Entre tanto se dice pues, que hay dos poesías mexicanas: la que reflexiona y la que siente; la que rasga el cielo con sus interrogaciones y la que a ras del suelo reúne el humus cotidiano de la vida real, nada más falso, toda poesía verdadera reflexiona sobre lo sentido puesto que establece un discurso de la vida, todo poema es una reflexión y recuento “sentimental, sensible y sensitivo” del objeto que trata. Sin embargo, en México, y quizá sea esta una manera del ser nacional, han existido estos dos bandos: Paz-Huerta, Paz-Sabines, Huerta-Bartolomé, Huerta-Hernández el poeta que piensa, el poeta que siente; es necesario dar por terminada esa disputa que no tiene sustento. Lo que sí existe como una perniciosa costumbre en nuestras letras, es la pretensión de que sólo algunos cuantos poetas son los portadores de la modernidad y de la excelencia expresiva, la generación de proyectos editoriales y de difusión alrededor de los cuales crecen corporaciones y grupos de promoción cuya crítica está a cargo de los propios creadores y donde por otros imperativos no precisamente literarios, se van posesionando de los espacios de competencia y heredándose los valores que definen ‘la buena poesía’; ganar un premio literario o una beca se convierte en un terrible sino para cualquier poeta que no comparte los modelos que dicta el grupo relevante. La poesía mexicana en lo general ha sido muy celosa de conservar ciertas formas expresivas tradicionales, con excepción de los setentas y ochentas y en los primeros años de este nuevo siglo, donde de una manera muy acusada se regeneran las formas de expresión, hay en los poemas más atrevidamente novedosos, siempre una raíz melódica y prosódica que remite a la tradición; no hay estrictamente algo “nuevo” entre nosotros; lo más ‘neo’ es barroco ¡qué antigualla! Los poetas nacidos en cuarentas y cincuentas, son ahora señores que se aplican en revisar los siglos de oro y están listos para premiar en concursos y becas, a cualquier joven que escupa endecasílabos; si un chamán de pantalón acampanado de terlenka se los hubiera contado en un viaje de LSD, no lo hubieran creído. Lo que sí ha cambiado y no sólo en México, sino en todo lo mundo, es una percepción del tiempo; la velocidad de la vida es otra, la contemplación del mundo es fragmentaria y total, el flujo de la comercialización y el desarrollo de procesos industriales, las migraciones y la creación de un sueño incomprensible basado en el éxito representado en dinero de plástico y en placeres virtuales, sí ha modificado el principio de enunciación poética, son otros los deseos de manifestación del pensamiento. Esta nueva velocidad es la que reconoceremos en las formas expresivas de la poesía mexicana actual, el problema creativo fundamental será cómo ejercer en un arte restringido por nuestra tradición los nuevos modelos de pensamiento humano.


Mario Bojórquez
Revista Blanco Móvil #101, primavera 2006

Para consultar esta Muestra de poesía mexicana actual acuda a la dirección electrónica:

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Los autores incluidos son:

Revista Blanco Móvil #101, primavera 2006
MUESTRA DE POESÍA MEXICANA I (1964-1985)
SELECCIÓN: Mario Bojórquez y Jair Cortés

Índice de poetas para Blanco Móvil #101:

1.- Roxana Elvridge-Thomas México, DF. 1964
2.- Cosme Álvarez, Ahome, Sinaloa, 1964
3.-Jorge Fernández Granados , México DF: 1965
4.-José Homero Minatitlán, 1965
5.-Jeremías Marquines, Villahermosa, Tab. 1968
6.-Armando Alanís Pulido Monterrey , NL. 1969
7.-Julio Trujillo, México, DF. 1969
8.-Ofelia Pérez Sepúlveda, Guadalupe, N.L. 1970
9.-Claudia Posadas, México, DF. 1970
10.- Sergio Briceño, Colima, Col. 1970
11.- Julián Herbert, Acapulco, Guerrero, 1971.
12.-María Rivera, México, DF. 1971
13.- Luigi Amara, México, DF: 1971
14.- Citlalli Guerrero, Acapulco Guerrero: 1971
15.-Luis Vicente de Aguinaga, Guadalajara, Jal. 1971
16.- Estrella del valle, Córdoba, Ver. 1971
17.-Jorge Ortega, Méxicali, BC, 1972
18.-Daniel Téllez, México DF. 1972
19.-Kenia Cano, Cuernavaca, Mor. 1972
20.-Ricardo Venegas, San Luis Potosí, SLP, 1973
21.-Rogelio Guedea, Colima, Col. 1974
22.-Luis Felipe Fabre, México, DF. 1974
23.-Álvaro Solís, Villahermosa, Tab. 1974
24.- Román Luján, Monclova, Coah. 1974
25.-J. A. Sánchez, México DF. 1974
26.- Diana Zamora, Tampico, Tamps. 1975
27.- Édgar Valencia, Torreón, Coah. 1975
28.-Pablo Molinet, Salamanca, Gto, 1976
29.-Camila Krauss, Xalapa, Ver. 1976
30.- Eduardo Saravia. México, DF. 1977
31.- Luis Jorge Boone. Monclova, Coahuila. 1977
32.- Claudia Berrueto, Saltillo, Coah. 1978
33.-Sara Uribe, Querétaro, Qro.1978
34.- Francisco Alcaraz, Culiacán, Sin. 1979
35.-Jessica Díaz, México, DF. 1979
36.- Mijail Lamas , Culiacán, 1979
37.-Iván Cruz, México, DF. 1980
38.-Alí Calderón, México, DF: 1982
39.-Inti García Santamaría, México, DF. 1983
40.- Christian Peña, México, DF. 1985

Sunday, July 06, 2008

Un orbe más ancho



Urbi et orbi (cuarenta poetas del español mexicano actual)
Por Mario Bojórquez

Leer Un orbe más ancho de Ediciones Punto de Partida, nos refresca los ojos, ¡cuántos y tan variados caminos tiene nuestra poesía! Cuando pensábamos que todo en México se resumiría en una prosa cantabile, donde el sujeto no se correspondía con la acción, o si elevada en su gorjeo lírico, apenas si resultaría apunte, barrunto, nota por explicación, y cuando no, ejercicio lingüístico, sema, metasema y metataxa; el río de la voz poética ha trazado nuevos caminos sonoros, sentimentales, expresivos en todo el orbe de nuestra lengua nacional.

Y hemos venido a enterarnos de esta fiesta gracias a los ojos de una lectora de poesía, Carmina Estrada, que desde su trabajo como editora de la revista joven de literatura de la UNAM, Punto de partida, se ha dado el tiempo y la voluntad de abrir sus posibilidades de elección entre diversos modos de ensayar el ejercicio de la escritura. ¿Dónde quedan las discusiones de Mendiola y Milán acerca del ser poético nacional? ¿Dónde el augurio casándrico de mi querido Yépez, anunciando la catástrofe del género?¿Dónde lo adánico y lo inefable? Carmina Estrada nos ha dado la lección más puntual de lo que debe ser la comprensión de un ORBE, la humildad del filósofo griego Anaximandro que encuentra el apeirón en todo lo que existe.

Un orbe más ancho reúne las voces de diversos autores que están construyendo su obra desde las más amplias perspectivas, unos recurren a su tradición más inmediata, otros exploran caminos innominados, pero todos los poetas que aparecen en esta muestra están seguros que su proposición ha sido elaborada con los elementos propios de su época; queda aquí registrada por la generosidad de nuestra lectora, la subjetividad con que no hemos querido leer la poesía joven de México, siempre más preocupados por imperativos de grupo, por mezquinas especulaciones pseudo-críticas, por lazos afectivos donde la literatura es lo que menos importa.

La publicación de este volumen se hace imprescindible, en este momento en que corre en las calles la amenaza de que será reimpresa la muestra El Manantial Latente, con su infamante lista de 300 poetas de “clichés e inconsistencias”, y que hasta ahora ha sido la más mezquina manera de denostar el trabajo poético de las nuevas generaciones de autores mexicanos, que triste, elaborada por autores de la misma edad.

En Un orbe más ancho he podido leer a autores que ya admiraba previamente por su trabajo y que su inclusión aquí me confirman el poder de su escritura, como Jair Cortés, Álvaro Solís y Alí Calderón, otros con quienes he compartido algunos días al amparo de la Fundación para las letras mexicanas y aún más, poetas a quienes respeto por pequeñas muestras publicadas en diversas revistas o que he leído de forma fragmentaria como Víctor Cabrera o Inti García; además de todos ellos he podido ahora reconocer a algunos que me alientan a pensar que todavía hay mucho por leer y descubrir, pienso en Maricela Guerrero, Carlos Ramírez Vuelvas o en mi paisano Elman Trevizo.

Saludamos la publicación de Un orbe más ancho de Carmina Estrada por ser un trabajo edificado en el gusto, sustentado en la maravilla impar de la lectura.

Marzo, 2006, Palacio de Minería

Tuesday, July 01, 2008

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V Festival Internacional Poesía Granada 2009