Wednesday, December 18, 2002

Parientes todos dice la tía Lolita
Que al final resultó sobrina de mi amiga Lourdes y el Netito la había trabajado un verano, cuando aún el tatuaje estaba fresco. El asunto fue el Güero, buen muchacho que la quería en forma; los poetas más viejos desaprobaron su desacato en el Yin-yin y después sancionaron su fallo en el Corintios; yo fui a su lado un personaje bíblico, ya lejos de sus cuentas en el bazar, venía hasta mis manos tendiéndose sobre la vaca taciturna. Debo reconocer que guardaba un diseño muy suave en extensión y forma y en su momento lo elogié a cabalidad. No habríamos de hacer el cuento largo, ella salió corriendo y junto al Papa pasó por discotecas y cumpleaños. Yo me guardé en recato detalles de esa historia para no herir a nadie.

Sunday, December 15, 2002

HETEROMANCIA ESTIVAL

Aves quasdam rerum
augurandarum causa
natas esse putamos
Cicero, De Naturata Deorum, II, 64

a W.C.W.



En el vuelo de un pájaro se eterniza la tarde.
Los frutos reconocen su sabor en sí mismos.
Como huertos vivimos largamente el sol.


OISSEAUX

Siete pájaros persiguen el verano.
Tres pájaros piensan que el verano está en el Sur.
Dos de ellos creen que el Sur es una región de los Cielos.
El tercer pájaro les sigue.
Otros tres esperan en una montaña al Séptimo Sol.
Alguien cuenta que el Séptimo Sol es un pájaro del Sur.
El Séptimo Sol en su vuelo va sembrando veranos.
También el último pájaro conoce la historia.



CARTA DESNUDA

I

Hoy, cansado de los pájaros, me recubro de espejos
me voy haciendo menos frente al mar, que tampoco ha dormido esta noche
jardín donde los peces van tejiéndose amores
veleros que de noche encallan en silenciosos versos.

Esta noche la veo
vestida de metal en inviernos serenos
caminando entre sombras más antiguas que el fuego
derribando este paso del imposible encuentro
desde el azul al rojo va la diosa del sueño
pero quizá las cosas desconocen su cuerpo
vivo derroche de las formas en tiempos
camina desde mí, esta noche
usted no sabe a donde va, yo tampoco la espero
usted, es hoy un tren que transita en las vías de mi insomnio
ese tren que me lleva al Auschwitz
como un hijo de Abraham.


II

En mi frente se dibuja una pena
una pena pequeña como un grano de arroz
esta pena no es usted
es el infeliz desierto de lo que nos callamos
sigue a la vuelta como un mañana feroz, un dormir, un despertar
para volver a la vuelta de los días
a la vuelta de la esquina
entonces el Tigre
el viejo y repetido Tigre
rasgando el velo de lo que callamos tanto
el Reloj en el punto de marcar otras horas
comiéndose la noche sin prisa
va el Reloj o el Tigre
mancha devoradora
hasta el último viento que mis ojos no ven
pero entonces el Tigre
querida, el Tigre que la mira caminar en las sombras
es el Tigre de mi lujuria
que rompe los cristales de su cuerpo sediento.



III

Hoy, cansado de los pájaros
me he cortado las alas
y mi voz ya no vuela.

Hoy, el Tigre la devoró.

Viejo Tigre rayado y malcontento
te bebiste la sangre de un cuerpo que no es mío
que se va con el humo
que se parece acaso al rugir de ese mar que tampoco ha dormido.

Usted es real.
Lo demás corre por mi cuenta.

P.D. ¿Tiembla mi carta en sus manos?



LA INNOMBRABLE


Era la noche
y un pedazo de luna íntima.

Nunca nos conocimos
y hacíamos el amor
como desde lejos.

Besabas mi cara
desde la otra acera.

Eras tú y lo tuyo
nunca yo
y fue lo mejor.

Era mucho el dolor
para vivirlo a solas.



LA INNOMBRABLE OTRA VEZ

Podría decirte
que nunca has coronado un verso
que te me fuiste dando
como se da la luna:
cuarto creciente de muslo
cuarto menguante de seno
pero sería la otra, la diversa,
la incierta.

Acaso te di un poema
una sonrisa.

Nunca supe tus nombres.



LA INNOMBRABLE CABALGA DE NUEVO

La calle incubando mi adiós en una esquina.
La noche calla y el látigo se escucha.
No sé tu nombre pero tu risa me desvela.


ENTRE LINEAS

Te escribo hace tiempo,
cuando aún no conocía
tus más primitivos pensamientos.

Te iba formando con mis letras,
es curioso,
comencé por las manos,
quizá el ansia de caricias
me dio el motivo;
acaso después te di unos ojos
para que miraras los míos,
mientras tus manos
tocaban tímidas mi sexo;
apenas tuviste boca
reclamaste los besos,
susurrando en mi oído
la urgencia de unos senos
unos muslos, un trasero
te los fui dando
entre verso y verso,
tú estabas feliz
de ser un casi-cuerpo.

Inventé tu piel en cada noche,
tu cuello.

Cuando las líneas del poema
lograron hacerte por entero
tuviste que partir,
no lo entendí al principio,
ahora ya lo entiendo:

Dos calles adelante
encontraste el amor
y no querías perderlo.


NOCTURNO

Navego en una noche más oscura que la noche.
No siento tras de mí la angustia del eterno
rugir de una montaña quieta en medio de la luz.
Sólo el espacio roto a pedazos sobre mi espalda
rasga lentamente esta piel tostada y verde.
Veo los contornos inauditos del rostro de Narciso
líquido y deformado en la corteza del agua.
Primavera apagada por el fulgor del tiempo
implacable asesino de las hermosas formas.
Lo oculto es más oculto en tanto lo buscamos
si se da en el silencio hay que gritarlo.
Danza de lo inconstante, austera quietud de lo imposible
baila en círculo la esfera de tus gestos.
Rústica luna de la primer penumbra.

Nardo de voz
que abre en dos mitades
mi corazón tonante.
Ara de vago culto, rudeza florida de religioso odio.
Seno azotado por mil doscientos látigos, caricias.
Vedado el color a los ojos sinceros.
Ser signo, palabra, lúcido temor, no haber vivido.



CANCIÓN

En la calle la lluvia no se atreve a empaparte
como un rugido amargo de burbujas que bailan.

Una sonrisa azul más líquida que el agua
una gota de piel resbalando en tu espalda.

Hormigas bebiéndose la noche más negra
en la oscuridad de un lunar de tu cara.

Ese rumor de olas que en tus ojos
invita a bañarse desnudo en tu mirada.



DUELO DE AMOR EN SONETO INVERTIDO

De alegre me duele tu sonrisa
y de sencilla tu voz y de sencilla
la mar en que te bañas y la brisa.

Me duele hasta tu cuerpo y tu ceniza,
los pliegues sudorosos, tu rodilla,
la piel que por mis dedos se desliza.

En tu cielo la luna se precisa
con el rigor del verso, blanca brilla.
Alimento con fuego la semilla
del duelo por tu amor, que es mi divisa.

De alegre me duele tu sonrisa
y de sencilla tu voz, y de sencilla
esta larga y amorosa pesadilla;
que es beberse el dolor, y tan de prisa.


ARENGA DE AMOR EN TERCETOS

Dejas mi casa como un ala desnuda
cierras la puerta con todos los silencios
le imprimes mil candados de deseo.

Dejas mi casa eternizada, quieta
largos aromas de mujer la habitan
venenos espumosos del ansia sometida.

Dejas mi casa cual una pira ardiente
las letras de tu nombre llenan mi ociosa cama
esta noche es de otros, alarga el día.

Dejas mi casa sola y no te encuentro
las paredes se callan tu adiós
no te vivo en ti misma no me vivo.



ENCUENTRO A DESHORA


No respiro tu boca
ni tu voz
ni tu lengua
ni tus ganas de callar.

Llegas
silencio y noche
como todas las cosas que pasan de largo
y no bebo tu nombre
tan líquido y azul
y tan soluble al tiempo
que se me va escurriendo
en el instante.

Eres
pero no tanto
no tan como quisiera
una línea
un esbozo de línea
paralela a mis gustos.

Porque he callado todo
como un acto de fe
no me sobran palabras
para decir tu nombre
y el cuerpo de tu nombre
y el número de tu cuerpo.



DESCONOCIDA

De blanco coloreando por la acera desnuda
una muchacha va recogiendo sus pasos
nada en ella supone una posible cita
las bancas de los parques ya no tienen secretos.

Dobla ahora la esquina, tropieza, tiene frío
el dedo gordo flaco del pie sangra en la punta
ella sabe muy bien que la observo y me mira
el gorrión de mis ojos ha tocado sus labios.



FLORES NEGRAS

Sin la luna el oro de la noche es negro.
La ventana se abre bajo mis ojos muertos. Llueve.
Tres estrellas cuelgan del cielo. No puedo mirarlas.
La alumna, desconoce mis manos.
Ella duerme.
Su cama duerme también. La alumna,
es ahora la sangre de mi corazón. Ella me pierde.



SOLSTICIO DE INVIERNO

Escribo una carta para ti
y no dejo de pensar en no mandarla
(al final tu nombre es un acceso más a la locura).
El buzón, el cartero, la mano
nerviosa, rasgando un sobre más
viajero que yo.
Una paloma abierta
sobre una mesa de café,
tan lejana, tan en otro país.
Tú dirás –excuseme sir, I wanna drink
more coffe, express please,
to M.
-I call your name but you don’t call me,
is stupid way-, diré yo o tú, o los dos,
y las tazas se derramarán
“y la inane búsqueda”
LA SEREIDAD----SERGIO COTA



SÚPLICA PERVERSA


Perdona la belleza de esta línea.



LA BOCA DE LA NOCHE

Beso de metro lleno
de crucigrama en línea horizontal
de péndulo quieto
de ojo de cerradura que mira de lado
Beso de libro inédito, póstumo y quemado
de guitarra muda
de vivo rencor al nacimiento
de puerta en la cara
Beso de clip
de boleto de avión a cualquier parte
de sabor a periódico viejo
Beso de ventana abierta a otro mundo
Beso de agujero de revólver antiguo y descargado
Beso de luna en un verso
de caracol y abanico agitado
de estatua griega sin brazos
de cama con amantes encima
de fuelle de acordeón
Beso de boca que dice que no
Beso de Callejón del Beso
Beso de espalda contra espalda
de miedo
de navaja cortando una vena
Beso de espada, hueso, tierra, sangre y esperma mezclados
Beso de clavo golpeado por un martillo
de soga en el cuello
de fantasma de carta
de perro con la lengua de fuera
de poema cursi
Beso de gitana que lee la mano
de espejo roto
de guillotina cansada
de verdad sospechosa que anula las viejas verdades
y propone otras

Este beso, el último de tu boca
con su dimensión de letra.



PARA UNA LECCIÓN DEL SUJETO POÉTICO


Pero cómo decirme, decirte, decirles,
que tengo, tienes, tienen, los ojos entornados,
si al final de los ojos, guardo, guardas, guardan,
la almendra de los días y los rotos veranos.

Pero cómo callarme, callarte, callarles,
estos silencios suyos, tuyos, míos,
si en mis, tus, sus, ojos, hay palomas abiertas
sobre campos de sangre, que yo, tú, ellos,
miran,
miras,
miro,

Tuesday, December 03, 2002

I


El barro tiene un nombre
plural, desconocido
donde agitan sus costas
mares incontinentes
ola del barro alza
su sábana de espumas
sobre su propio cuerpo.
¿Cuál palabra designa
tanta viscosidad
primigenia blandura?


*******

El barro tiene un nombre
singular conocido
se aloja en recovecos
donde la luz ausente
adultera las sombras.
Imprime con su sangre
mancha devoradora
territorios discretos.
Insiste, abre, aturde
silenciosa carrera
al centro de su agua
donde late la vida.

**********

La tierra regocija
ha creado una especie
de su propia materia:
limo, cieno y arcilla
barro, lodo, extremeño
recorren superficies
soledades postreras.


**************

Barro célibe austero
del tremedal nocturno
disputas los ardores
y todo lo que tocas
como otro tú se vuelve
cada cosa a tu lado
se transforma y se escurre
entonces tú la lames
con la lengua de lodo
y se abisma y se inunda
y pronto se diluye.


**********

El barro es una forma
del agua y de la tierra
la larga exhalación
que suaviza sin cuerpo
lo que toca y arrastra.
El barro es otro nombre
del soplo elemental:
Es un giro que abisma
raíces desprendidas.
Es la ola suspensa
en lo alto del agua.
Es el silbido adusto
que anuncia la caída.
Es la cadencia el vértigo
que sucede a la calma.


***********

Barro será el instante
barro serán sus ramas
barro será su cuerpo
barro será el reposo
barro será en el viento
barro será su cama
barro que aliente soplos
barro que estrelle mantas
barro que inunde el polvo
barro que suba y baje
barro que desconcierte
barro que sople arañas
barro que se lamente
barro que hiende el aire
barro continuo sufre
barro suaviza escama.
Súbito barro toca
barro de cierta lumbre
barro de intensa savia
barro sin tregua asombra
barro zumba fracasa
barro sumerge lucha
barro oculta estremece
barro insiste derrama.

********

El barro torbellino
el huracán la tromba
el aquilón el norte
el siroco que abrasa
el ciclón en el puerto
el humilde levante.
El barro es otro viento
más audaz y más pleno.

*************

El barro es el que toca
el barro, el intocado
él sí abraza, sí teje
sí interrumpe sus labios
se acerca, se detiene
impulsa su cintura
transpira sujetando
se va, se aleja, vuelve
pero nada lo toca.

**************

El barro donde el pie
son las primeras lluvias
en las flores del fango
la corriente se estanca
por la curva del agua
se ha levantado un rayo
entre voces de hoguera
y un clamor infinito
se hace música y canta.
Casida del odio


I

Todos tenemos una partícula de odio
un leve filamento dorando azul el día
en un oscuro lecho de magnolias.


II

Todos
tenemos una partícula de odio macerando sus jugos
enmarcando su alegre floración
su fruta lánguida

¿Pero qué mares
ay, qué mares, qué abismos tempestuosos golpean contra el pecho y en lugar de sonrisas abren garras colmillos?

Levanta el mar su enagua florecida, abajo de su piel va creciendo otra ola dispersada en su vacua intrepidez elástica. Levanta el mar su odio y el estruendo se agita contra los muros célibes del agua y atrás y más atrás viene otra ola, otro fermento, otra forma secreta que el mar le da a su odio, se expande sábana de espuma, se alza torre tachonada de urgencias; es monumento en agua de la furia sin freno.


III

Todos tenemos
una partícula de odio
y cuando el hierro arde en los flancos marcados
y se siente el olor de la carne quemada
hay un grito tan hondo, una máscara en fuego
que incendia las palabras.


IV

Todos tenemos una
partícula de odio

Y nuestros corazones
que fueron hechos para albergar amor
retuercen hoy sus músculos, bombean
los jugos desesperados de la ira

Y nuestros corazones
otro tiempo tan plenos
contraen cada fibra
y explotan.


V

Todos tenemos una partícula
de odio
un alto fuego quemándonos por dentro
una pica letal que orada nuestros órganos

Sí, porque donde antes hubo
sangre caliente, floraciones de huesos explosivos,
médula sin carcoma,
empecinadamente, tercamente,
nos va creciendo el odio con su lengua escaldada
por el vinagre atroz del sinsentido.


VI

Todos tenemos una partícula de
odio
y cuando el índice se agita señalando con fuego
cuando imprime en el aire su marca de lo infame
cuando se erecta pleno falange por falange
¡Ah! que lluvia de ácidos reproches
que arduos continentes se contraen.

El gesto, el ademán, la mueca
el dedo acusativo
y la uña
¡ay! la uña
corva rodela hincándose en el pecho.


VII

Todos tenemos algo que reprocharle al mundo
su inexacta porción de placer y de melancolía
su pausada, enojosa, virtud de quedar más allá
en otra parte
donde nuestras manos se cierran con estruendo aferradas al aire de la desilusión; su también, por qué no, circunstancia de borde, de extrema lasitud, de abismo ciego; su inoportunidad, sus prisas,


VIII

Todos tenemos algo que decir de los demás
y nos callamos.

Pero siempre detrás de la sonrisa
de los dientes felices, perfectos y blanquísimos
en sueños destrozamos rostros, cuerpos, ciudades.

Nadie podrá jamás contener nuestra furia.

Somos los asesinos sonrientes, los incendiarios,
los verdugos amables.


(coda)

En alguna parte de nuestro cuerpo
hay una alarma súbita
un termostato alerta enviando sus pulsiones
algo que dice:
ahora
y sentimos la sangre contaminada y honda a punto de saltarse por los ojos, las mandíbulas truenan y mascan bocanadas de aire envenenado y la espina dorsal, choque eléctrico, piano destrozado y molido por un hacha y los vellos, las barbas y el escroto, se erizan puercoespín y las manos se hinchan de amoratadas venas, el cuerpo se sacude, convulsiones violentas y todo dura sólo, apenas, un segundo y una última ola de sangre oxigenada nos regresa la calma.
En el tercer retorno de tu letra griega
cocino un spaguetti con flor de jamaica
he perdido el olfato en un frasco de comino
y trato en la memoria de reconstruir el santuario del sabor
Así contigo
ya no sé a lo que sabes
Miro la fuente al centro de la mesa y la alegría al rededor
Cuando llego a esta línea en la otra línea
me dices que has tomado mucho café con leche
que tienes fierros y prefierros en los dientes
que tú ya estás curada
Yo te digo
que escribo un poema que empieza
en el tercer retorno de tu letra griega
que Amsterdam 536 dólares con salida San Diego
y que las Hernández saldrán bailando en el poema más adelante
Estamos tan solos hoy como al principio

tú atenderás al técnico en computación
yo a los plomeros en el baño de Mariana Garza
Pienso en tu costillar en Philadelphia Rib’s y en el cerdo que me comí hace días
Aquí el poema se regresa al Zócalo
y entre 22 millones de personas el poeta te acerca a mí
Piensas, estás segura, que soy otro fantoche
piensas, mucho, mucho tiempo que soy otro fantoche
tu pensamiento es ese
La inteligencia decimos es el principio de la infelicidad
por eso ahora que vas por Mayorazgo
con tu falda larga y tus botas
piensas otra vez
es un fantoche y sabes que en unos días dirás en Culiacán
Estoy saliendo con un poeta
Ya para entonces habré explorado el site de Marinela

y distribuido tu foto por todo el territorio
de Tuxcacuexco en Rulfo
hasta Trieste en Saba
eres aprobada unánimemente
Hiperboreal en Nortec te dará una serenata en línea
y el poeta Tarín te explicará pacientemente lo que significa el rayo en una hembra humana
Aquí las Hernández bailan con sus hombres, es algo de Santana y las percusiones retumban en las paredes del departamento
luego ellos se aburren y se sientan, hasta que las Hernández los encienden de nuevo
hay un intermedio con cambio de vestuario
y en algun momento reimos con la broma del perro
Yo tengo puesto un vestido de dormir y tu bufanda negra
bailamos con Freddy Mercury cantándonos desde mas allá de la muerte
Eres feliz y se te nota mucho
Freddy hace un silencio que mi voz llena
Tus nalgas son una delicia
Tiro el vino rojo sobre el ejemplar dedicado
hemos tomado whiskey, vodka y nada de café
El anticlímax llega con el taxi
me has pedido que llame al llegar
El spaguetti da vueltas por el cuarto
lo vuelvo a ver
y aún no reconozco las flores de jamaica
Canto


Dame, Señor, piedad para mí mismo
Y que mi obra te responda.

Francisco Cervantes


I
Con la pesada llaga ya sin cuerda en el cuello
Con el dogal vacío y la enhiesta pesadumbre que no implora ya más
Que no tunde ya el hueso carcomido, ni la visión postrera
Aquí cerca del junto
Me pongo a recordar muelles del aire donde atracó la sombra de otro tiempo
Me pongo a recordar y digo
Siete palabras sin brillo de cosecha para tu cruel memoria
Que allende el río
Donde la ciudad reposa con luciente escafandra
Donde soñé algún día volver para quedarme
Se van desvaneciendo los deseos
Y de mí sólo queda una vaga sustancia que no me nombra ya
Que no contiene todo el vigor, la lumbre de otro tiempo encendido.


II
Campo de cebollas
Para tu triste deambular
Con la brisa bordeando
Su hoja espiritual
En el surco de llamas
Abriéndose
En la hendidura de la tierra
Con su fruto amargo
Su corazón de aire
En el cielo apretado
Su puño de miserias
Decantado licor
De almendras amarillas


III
Te acercas
A los patios
De las primeras casas
El ruido
De tus trastos
Altera los ladridos
Pareces
Una sombra
Que se mueve
En el aire


IV
Regresarás del llanto en la postrera cumbre
Tu oído sensitivo desliará el soplo de flautas
Que te anuncian con cara deslavada
Por el fútil contacto de fluidos
Tu mano trémula se aferrará al báculo torpe
Como las hierbas huérfanas al borde del abismo


V
Qué desmedrada
Encía
Para tus cuatro dientes
Qué espalda
Que encorvada
Ya no distingue
El peso de lápidas atroces
Qué desolada
Respiración
Te pone en pie


VI
Te quedaste sin tierra
Dispersa partícula de polvo
Te quedaste en el irte
El ir te dio tu casa
Labró tu sombra
Puso en el patio
Tu maceta de lirios congelados
Pero en el ir también
Quedaron los deseos
Plantados a orillas del camino
Arboleda de natas
Para tu pie ligero


VII
Sólo nombraste el bosque que te vistió de niño
Su alegre arboladura
Su tenebra de musgo
Por eso es que volver
Regresar en el soplo ardiente
En la escama de vidrio de tus ojos
No puede ya salvarte
No entregarás tu espada capitán abatido
No te dará un pañuelo esa mano
No limpiarás tus lágrimas
Oyes llamando el grito del cabrero
El cencerro espigando el aire de la tarde
El hato que congrega el pasado a la vera

VIII
Aquellos tus amigos
Extenderán sus manos
Como quien tiende un recibo por cobrar
Una minuta detallada de todas tus traiciones
Pero nunca sabrán
Que tú has pagado ya las deudas
Que no hay nada que valgas
Ni siquiera el resuello que te mantiene erguido


IX

Ninguno podrá jamás decir de ti
Tuve su mano franca junto a la mía estrechando el deseo
Haciendo de una fuerza común un compartido sueño
Si alguien te vio no supo nunca el color de tus ojos
La vena matriz de tu corazón
Apenas diste un paso para retroceder
Y un gesto que acusaba bondad se congeló en tu boca
Y de tu lengua sólo saltó un desflorado ramo de pétalos insomnes
Que dejaba al oído siempre un olor
Pero nunca una palabra clara


X
Por eso hoy que regresas
Ya nadie reconoce tu rostro entre las piedras
Nadie un saludo un gesto que te confirme el pecho
La memoria de un sol para la cara fresca
Tus manos distraídas en el fulgor del bronce
Nada a tu paso es hierba de oro para la necesaria infusión de tu recuerdo
Ni una resina un bálsamo para tu piel quemada por el sol de los trópicos
Ni siquiera la lumbre de tu propio pasado


XI
Porque dejan tus manos el cincel en el borde de antiguas limaduras
Tus manos que labraron tu boca para decir palabras donde el norte crecía
Nada
Ni un cabalgar de noche a lomos de la savia
Un continente errante en el pecho injertado
Un mínimo silencio que diga sí, adelante
Que te ponga los pies en la vereda conocida
Y tomes rumbo sin volver la mirada
Alegre al menos
De saber que te vas que ya te has ido





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V Festival Internacional Poesía Granada 2009