Sunday, December 25, 2011

Si crees que no se debe permitir el Bullying Literario pega esto en tu muro

Saturday, December 17, 2011

Advertencia a los lectores de los #100peorespoemasmexicanos


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#100peorespoemasmexicanos: Una antología necesaria
por Mario Bojórquez
Leer poesía es una tarea que requiere cierto entrenamiento; cuando nos acercamos a un texto poético apelamos a nuestra tradición lectora y esperamos de algún modo reconocer ahí algunos elementos que nos resulten familiares de nuestras lecturas previas. Cuando no sucede así, nos fascinamos por la novedad de la propuesta, hacemos un esfuerzo sincero por desentrañar los motivos, procedimientos y alcances de una cierta estructura de pensamiento, una disposición rítmica dada, la elaboración compleja de un discurso que nos resulta, por su extrañamiento, oro molido o en grano. El estilo es una característica que remarcadamente ha sido causa de encomio por diversas autoridades literarias, desde Aristóteles y Horacio, hasta Octavio Paz y José Gorostiza en sesudos comentarios y ensayos. Sin duda, estas aproximaciones al estudio del texto poético son una guía casi siempre segura para el análisis y el goce estético.
En la segunda mitad de la década pasada realicé un trabajo para la editorial Joaquín Mortiz, se trataba de publicar anualmente una antología de los mejores poemas publicados en periódicos y revistas de todo el país: Los mejores poemas mexicanos. Mi trabajo se circunscribía a compilar el copioso material hemerográfico nacional de donde se tomaría la muestra, organizar los materiales elegidos, solicitar a los autores y familiares su autorización para ser incluidos y preparar un registro de las fuentes originales, era pues, el editor técnico de la antología; la selección era preparada por un autor de gran prestigio y buscaba, en general, dar cuenta de la producción mexicana de poemas. Muchas veces, ante la selección de estos autores –Francisco Hernández y Elsa Cross-, mi idea de la poesía contrastaba violentamente con los criterios de su selección: poemas que me parecían valiosísimos no eran considerados por los seleccionadores y otros tantos que me resultaban insoportables, aparecían como los primeros a elegir. Comprendí que la lectura impresionista del material poético era la forma con la cual nos habíamos construido una tradición mexicana de la poesía.
Al iniciar este trabajo (en construcción todavía, pues se trata de una antología para internet), de los #100peorespoemasmexicanos, me acompañaron tres momentos previos de nuestra historia literaria, la famosa antología Los Cerosde Vicente Riva Palacio, primer acercamiento crítico feroz a las letras del siglo XIX mexicano, publicado en 1882; la de 1888, Los poetas mexicanos contemporáneos de don Manuel Puga y Acal bajo el pseudónimo de Brummel, que analizaba a los tres grandes poetas de su tiempo: Salvador Díaz Mirón, Manuel Gutiérrez Nájera y Juan de Dios Peza; y, finalmente, un modesto trabajo que poco circuló entre nosotros, pero que encarnaba el espíritu de este ejercicio: Las cien peores poesías de autores famosos de Raúl Salinas Viniegras, publicada por Costa-Amic en 1975, en esta última aparecen sonetos de Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Pascual Ortiz Rubio junto a poemas de Octavio Paz o Jaime Sabines. En el prólogo a su antología, Raúl Salinas Viniegras, apela a los heroísmos de la expresión, del pensamiento y de la emoción como nos los había encomendado don Salvador Díaz Mirón y en un lance verdaderamente socarrón reclama a los poetas abordar la temáticas especulativas: “Hablan de los espejos, de la luz… les falta el calor que da el trato con la hembra”.
Se piensa, no sin razón o al menos con razones, que un ejercicio de crítica frontal nace siempre de un espíritu beligerante y es tildado coloquialmente como “mala leche”; el ingrediente de la maledicencia, el golpe bajo de la crítica que atropella los esfuerzos estéticos de un grupo o de un autor específico, es una motivación que no asume este trabajo necesario; se trata más bien de cuestionar los valores que se pretenden imperantes en esta época, y probar así el desajuste entre un prestigio ganado por razones extraliterarias y la realidad atroz del poema mal ejecutado. Casi todos los autores recogidos aquí, han sido premiados y elogiados por otros, sus pares: premios Villaurrutia, Aguascalientes, Nandino, Owen, Pellicer, Lopez Velarde, becarios del FONCA, profesores universitarios y críticos sobresalientes que en algún momento de su trabajo han cometido estos materiales incomprensibles. No queremos prejuzgar al respecto de la totalidad de la obra de cada uno de ellos, simplemente se muestra un momento de su quehacer, aunque debemos aclarar que muchos de ellos tienen no sólo un poema para ser considerado en este ejercicio, algunos son persistentes en casi todo lo que han publicado.
¿Cómo saber entonces que estamos frente a un gran poema o frente a uno que no lo es? ¿Cuáles criterios estéticos habrán de ser invocados para lograr con nitidez la fijación de una perspectiva estilística irrefutable? ¿Quién define con claridad los valores más representativos de una época o de un estilo? En la escuela aprendimos que todo trabajo literario es susceptible de análisis, aún aquel que se pretenda más riesgoso o experimental, escuchamos ahí de la función poética del lenguaje, escuchamos también del extrañamiento que produce en el lector la lectura de obras literarias, la retórica nos legó un arsenal de procedimientos reconocibles en cualquier texto. ¿Qué sucede cuando nos enfrentamos a un texto que no responde a ningún predicativo de análisis gramatical, estructural, retórico? Quizá nos estamos enfrentando a un texto que no es literatura.
La valoración que utilizamos aquí para designar estos materiales, es, desde luego, una posible falla del método, llamar “peor” implica un disvalor que puede ser refutado, sin embargo, en la gradación de este juicio estético, encontramos que existen muchos poemas malos, así dicho en sentido llano, pero que algunos de ellos se separan significativamente en lo fallido de su ejecución: de los “malos” hay algunos que son “peores”. Muchos autores mexicanos tienen malos poemas, es decir fallidas ejecuciones literarias pasadas por obras, pero se quedan ahí, en ser malos, hay otros que exceden esta disposición y alcanzan notablemente otro estadio de la mala ejecución, son, por lo general, autores conocidos bajo la estética del riesgo, aquellos que creen que arriesgando estéticamente alcanzarán la excelencia, y sí, decimos nosotros, no fue de otra manera que grandes obras como “Altazor” o “Un golpe de dados” o “Muerte sin fin”, alcanzaron las cimas de la excelente ejecución. Sin embargo, el riesgo por sí mismo nunca fue un valor literario, lo mismo arriesga Octavio Paz al redactar en precisos endecasílabos su monumental poema “Piedra de Sol” que el ganador del premio Elías Nandino, Julio Trujillo, con su poema de sílabas esponjosas, la diferencia estará en que el poema de Octavio Paz es una cima de la poesía mexicana y el segundo poema, no podrá ser leído con simpatía por nadie, y, acaso, será recordado por un tiempo como una curiosidad de nuestra época.
En cualquiera de las bellas artes conocidas es intolerable la mala ejecución, no soportaríamos a un coreógrafo de ballet que no sepa qué es un plié con relevé o a un compositor que no sepa leer notas en el cuaderno pautado, sin embargo, en la poesía se permiten muchos dislates en aras de una libertad mal entendida, se pretende que escribir verso libre es solamente no respetar las cadencias isosilábicas, desconociendo de cabo a rabo el arte del verso y del lenguaje figurado. A últimas fechas se habla de escrituras, sí, escrituras que ponderan formas no perfectas del poema como una suerte de anticanon estético y que sólo logran confusión en el lector, o  quizá será que se busca una estética de la incomunicabilidad, justamente hoy en la era de las comunicaciones.
Cuando me propuse este necesario trabajo, pensé, desde luego, en las implicaciones sociológicas que generaría en algún sector de la poesía mexicana, supe que algunos autores recogidos en el ejercicio se molestarían, que otros nos regalarían una sonrisa de desprecio, y, que algunos más (ojalá que sean varios), volverían otra vez a sus poemas preguntándose: “¿de verdad yo escribí eso? Las personas que no se dedican profesionalmente a la literatura pueden cometer de forma imprevista una composición fallida, pero un autor premiado, becado, reconocido, no tiene disculpa. La responsabilidad de atender talleres literarios me obliga a dar opinión sobre el trabajo de otros, una pregunta recurrente en los talleres es: ¿cómo sabemos que estamos delante de un poema excelente cuando los libros que se premian no se corresponden con lo que hemos estudiado y leído? ¿cómo podemos reconocer un gran poema si en los recitales poéticos de prestigiosos autores todo es tedio y abyección? Así fue que decidí reunir, como apoyo a mis clases de poesía, una serie de textos de autores conocidos de nuestro presente poético, como digo, premiados, prestigiados, incontestables, que sin embargo eran no sólo malos poetas sino pésimos en algunos textos.
No quise intervenir con explicaciones los ejemplos, sino mostrarlos en su infamante crudeza, confiando en que un poema se defiende solo y que no hay intermediarios en el gusto personal. Ninguna persona, hasta ahora, ha defendido uno solo de los 25 poemas antologados al día de hoy, hay quien ha dicho, “ese poema es malo pero no pésimo”, “este otro poema no es el peor de tal autor, le conozco varios que son mejor ejemplo que el seleccionado”, hay quien pregunta si se “trata de una broma o si es sarcasmo puro”, la realidad de los ejemplos elegidos es tan brutal que algunas personas no pueden creer que esos materiales hayan sido premiados en concursos de la mayor importancia.
En cuanto a los autores, las reacciones hasta hoy han sido por lo general histéricas, uno de ellos me atacó personalmente inventándome cargos falsos, otros se felicitaron por pertenecer al selecto grupo de los seleccionados, alguno más aprovechó para promocionar el libro donde aparece el texto, otro masculló rencorosas palabras hacia mi trabajo crítico; las reacciones más singulares son de aquellos que aún no aparecen en la antología, uno dijo “espero mi turno”, pero ese autor se engaña, él sólo es un mal poeta, no es pésimo, por esa razón no figurará en esta antología, otro mal poeta que me hace responsable de todos sus fracasos literarios hizo lo posible por hacerse presente en las redes sociales, tampoco aparecerá. Los más, practican un silencio resentido y esperan el momento de la venganza minuciosa, pagándome como es su costumbre, con la cancelación de alguna invitación al extranjero, el bloqueo de alguno de mis libros premiados en concurso en las editoriales del Estado que controlan, el ninguneo escandaloso. Finalmente, una piadosa matrona sugirió a su alumno que mejor se dedicara a la prosa, que allá sí tenía futuro.
He querido redactar estas breves líneas como una suerte de advertencia a los amables lectores que siguen desde Twitter, Facebook, Blogspot o Tumblr la antología  de  los #100peorespoemasmexicanos, reconozco que en mucho de lo que reúno aquí, hay arbitrariedad del gusto, poco cuidado de mis valoraciones, antiguas e íntimas representaciones de alta poesía que no todos comparten, en fin, humano placer. Espero que los 75 poemas restantes figuren en esta reunión por sus propios méritos y que sus autores consideren la mía como una lectura inocente y hasta cordial de sus producciones, que el propósito es, sobre todo, ayudar a las nuevas generaciones de poetas que acuden a los talleres literarios, a no repetir la impericia de publicar todo lo que se encuentra en los cajones sin pensarlo dos veces, ayudarlos a reconocer la buena poesía de la mala y  aún de la peor. No hay mayor justicia poética que la del lector frente al poema desnudo, atrapa la atención y produce el pasmo estético y espiritual, o no sucede nada, sólo sílabas vacías repicando en el desolado oído del hastío.

Wednesday, December 07, 2011

Recuerdos de Polonia

Recuerdos de Polonia

Geo Bogza (Rumania, 1908-1993) Poeta y periodista de la vanguardia surrealista rumana, participó en la resistencia disidente al régimen de Nicolás Ceauscecu, con un lenguaje sutil pero tremendamente crítico



Recuerdos de Polonia


I


En Varsovia, una muchacha hablaba así:

si quieres acariciarme, yo no me opondría

si quieres besarme, te lo permitiría

te permitiría que me desnudes los senos.

Pero debes saber que a papá lo fusilaron los alemanes

y a un hermano mío lo quemaron en los hornos.


Si quieres acariciarme, yo no me opondría

pero debes saber que todos estos muertos aúllan en mí

y yo toda, toda soy de cenizas.

Bésame, pero que no te sepa amarga.


II


En Cracovia, una muchacha hablaba así:

si quieres puedes abrazarme

si quieres puedes acariciarme los senos

pero no me compres nunca abalorios.

Tenía trece años cuando los alemanes

ahorcaron a mamá, de un árbol en la calle.


Si quieres podemos atravesar nadando el Vístula

pero no me digas que tengo el cuello blanco y bello

y no me compres nunca abalorios.


*Traducción del rumano de Omar Lara

[Paciencia es la virtud más alta]

Tuesday, December 06, 2011

El poeta ocasional: Mario Bojórquez

El poeta ocasional: Mario Bojórquez: Los dos somos señores jóvenes la juventud desborda por los bolsillos silvertab Hemos venido al Pont des Arts a despedirnos entre lo...

[Paciencia es la virtud más alta]

Esto no es un jardín: De Y2K (Mario Bojórquez) Estoy tajando el tronco ...

Esto no es un jardín: De Y2K (Mario Bojórquez)

Estoy tajando el tronco ...
: De Y2K (Mario Bojórquez) Estoy tajando el tronco seco, de esa pulpa nacerá la figura que en mis ojos ya veo Ha sido triste cruzar los dí...

[Paciencia es la virtud más alta]

Friday, December 02, 2011

malagueña salerosa - maria felix - pedro armendariz

En esta escena se puede ver una de las tomas más inquietantes de don Gabriel Figueroa, los ojos de la excelente actriz y bellísima mujer María de los Ángeles Félix Güereña.




[Paciencia es la virtud más alta]

ENAMORADA 2-11, pronto taller en Cholula, en esta hermosa casa



[Paciencia es la virtud más alta]

Saturday, October 29, 2011

La poesía del resentimiento




Por Mario Bojórquez
La poesía actual en lengua española participa de múltiples discursos que encarnan, en lo posible, la velocidad de los procesos tecnológicos al mismo tiempo que solventan una crisis de la identidad, pero esta poesía no contiene una estética definitiva, los esfuerzos por lograr una cierta uniformidad en el estilo o en los procedimientos se superponen, generando una mixtura de tendencias donde lo coloquial y lo conceptual, lo vanguardista y lo popular encuentran siempre cabida en el poema, por más que se discuta teóricamente la pertinencia de la experimentación y el riesgo o la recuperación de formas clásicas y algunos elementos de la cultura popular.
En este escenario, el singular hombre contemporáneo ha conseguido construir identidades paralelas a través de los recursos de la tecnología informática, interviene en la realidad convencional del universo cibernético transformado en un ser comunitario en sí mismo que se relaciona con otros seres igualmente diversos de aquellos que cuentan con un carnet de identificación personal. El solitario hombre contemporáneo comparte un perfil posible de lo que aspira a ser en la convención de aceptar los perfiles construidos por los demás y esas otras vidas paralelas terminan por configurar un rostro más apropiado al sueño del modesto ciudadano.
Es por esto que las tecnologías, especialmente aquellas vinculadas a la información, permiten al usuario conectarse con las comunidades de su interés de modo permanente; teniendo a mano los dispositivos electrónicos necesarios algunas personas viven realmente en el universo virtual, ahí se enamoran, comparten, opinan, construyen en la más completa libertad el modelo de ser al que aspiran. Estas comunidades virtuales intercambian bienes y servicios con una rapidez y seguridad nunca vista en tiempos pasados; en ocasiones, las multitudes de hombres virtuales exceden cualquier reunión imaginable y pueden generar opiniones que inciden en el comportamiento de los gobiernos o en el sistema financiero, hay quienes van cercenando las relaciones sociales de su entorno y generando vínculos aún más fuertes con los que comparten sus redes de amistad. Uno de estos sistemas, incluye la comunicación por medio de un número reducido de caracteres que permite redactar una frase instantánea que será seguida por una comunidad que podrá compartirla con otras comunidades de modo simultáneo y sincrónico.
Esta es la nueva manera de relacionarse de los seres humanos. La industria misma ahora depende de los vaivenes de un sistema global de comercio donde se ejercen presiones financieras que pueden llevar a la ruina inmediata a sectores económicos amplios pero que también pueden colocar cualquier producto en cualquier lugar en tiempo record. Las tierras agrícolas producen granos y hortalizas de especies desconocidas que serán comercializadas en lejanos países, los sistemas democráticos dependen cada día más de los imperativos económicos y la educación y la salud son motivos de discordia por la seguridad social.
¿Qué puede hacer la poesía ante la desolación, la incertidumbre? ¿Y para qué poetas en tiempos de incertidumbre, si los procesos tecnológicos se superponen a velocidades inimaginables, se colapsan los sistemas financieros, la identidad se desborda en la heterogeneidad del ser? Sin estéticas uniformes, la poesía contemporánea, trata de mostrar la vida de nuestros días en un inquietante devenir que se disuelve en fragmentación, reciclaje y tedio.
Desde la segunda mitad del siglo xx hasta el día de hoy, la narrativa y aún el ensayo se han beneficiado de los usos prosódicos del discurso poético, sin embargo, la poesía sólo ha conseguido un adelgazamiento de sus posibilidades sonoras. El uso de la prosa ha debilitado la capacidad de enunciación y eufonía. En general se identifica hoy como un signo de flaqueza el uso de periodos isosilábicos. No es pues, el tema de la forma lo que compete a nuestra literatura actual; emulando los procesos digitales, la poesía es el género de la literatura que mejor puede participar de las nuevas tecnologías, su ductilidad y precisión puede encarnar en el universo simbólico fácilmente, la modalidad sentenciosa de su estilo hace contener en pocas palabras sentidos superiores.
Uno de los grandes retos en la escritura poética propone construir con precarios elementos -las desgastadas palabras-, las nociones simbólicas y espirituales que permitan al hombre trascender su circunstancia concreta; construir, por medio de esos fragmentos de sentido, de esos escombros del lenguaje, fastuosos palacios de la imaginación, laberintos de exquisita ingeniería, soleados huertos de delicadas pomas.
La poesía de nuestro tiempo es fragmentaria y total, tanto como lo es la realidad que vive el hombre en estos días: el pensamiento reproduce procesos del desarrollo industrial; únicamente conoceremos una parte del todo, en la maquiladora sólo podremos armar un circuito del entramado digital de un auto, en un país lejano armarán el siguiente circuito, y en otro distante país, se encontrarán esas dos piezas y se ensamblarán sus destinos en un orden común.
Es una vía espiritual antes que formal, que no pretende ser la verdad última, están ahí diversos caminos de comprensión del mundo pero no quieren ser una fotografía, desean más bien reproducir estados de ánimo, conexiones anímicas con los espacios, la lengua, las costumbres.
No es objeto de la forma el que interesa a nuestro tiempo, existen maneras más relevantes y cómodas para la expresión de lo poético como lo entendemos aquí: el video, la multimedia o el performance, son opciones no desdeñables del ejercicio artístico, sin embargo consideramos que la poesía es hasta ahora el mejor modelo, el más concentrado, el más perfecto para la expresión cabal del pensamiento alto y de los sentimientos más profundos.
Esa escritura refleja de modo contundente la discontinuidad discursiva propia de objetos incompletos, de pensamientos derruidos en el espacio arquitecturado de la memoria, de altos sentimientos derribados por el paso del tiempo, por la corrosión de la costumbre, donde cada palabra colocada es ya el bagazo sin jugo de una realidad que no se atina a develar, la zafra final que recoge los detritos de nuestra plenitud desbrozada. Bebemos nuestro capuchino descafeinado, con leche deslactosada y lo endulzamos con un sustituto de la sacarosa.
La visión de la vida es fragmentaria y total, fragmentaria porque sólo puede reconocer jirones de la realidad, fragmentos incomprensibles del gran tejido de causas y de efectos que dan intensidad al mundo, y total porque de esa discontinua red de acontecimientos se puede generar un discurso sobre la vida, porque de esa fragmentada totalidad del mundo, podríamos, acaso, comprender, en parte, nuestro papel en el mundo real.
Así se muestra la tendencia escritural en nuestros días; los llamados desórdenes de atención en la adquisición de los primeros procesos cognitivos en los niños contemporáneos denotan esta nueva manera de percibir el mundo, el cerebro se ha habituado a mantener múltiples conductos de percepción, diversas líneas de diálogo inmediato: frente al ordenador una persona puede mantener tres o cuatro conversaciones digitales de muy distinta gradación emocional al mismo tiempo, en una triste, ya en otra exultante, en otra más perplejo, y en cada una de ellas ser eminentemente sincero; mientras estas tres o cuatro conversaciones tienen lugar, se mantiene una conversación telefónica, se envían varios mensajes por celular, se revisan los periódicos del día en sus versiones web, se descarga el archivo de una invitación a Cuenca, Ecuador, se redacta, finalmente, este texto.
Esta poesía actual camina por senderos que incluyen la perplejidad del pensamiento simultáneo, la velocidad del video digital, la desdoblada e infinita conectividad del hipervínculo. Aun no sabemos si es el camino correcto pero nos hemos propuesto intentarlo, la invitación es a que busquemos relacionar este modo nuevo de sentir y de pensar con lo que escribimos. Este es el tiempo del resentimiento, de un re-sentimiento, de un volver a sentir, de un sentir de nuevo. Nuestro compromiso no será, pues, con una posible forma de expresión, sino con un pensamiento que limite y excluya todo aquello que no es propio de lo que somos, ese pensamiento original encontrará sin duda su mejor manera de expresarse.
La palabra escombros nos remite inmediatamente a esta noción fragmentada del discurso poético actual, el hombre recoge pedazos de realidad para construir, reconstruir la totalidad de su ser íntegro, sabiendo, anticipadamente, que el arduo ejercicio de ensamblar los pequeños fragmentos para lograr una cierta identidad, no necesariamente nos darán el rostro pleno que nos confirme en la vida.
Esta precariedad del hombre contemporáneo que busca por medio de los residuos de su ser integral la recuperación de un orden que explique y justifique su existencia; provoca, suscita, el acto poético. Nunca como hoy nos sentimos partícipes parciales de un tiempo superior que nos rebasa y del cual sólo en ciertas condiciones se nos muestra a los ojos como una corriente discontinua, donde presenciamos, testigos atemorizados, la destrucción, deconstrucción de todos los valores que un día nos dieron el calificativo de seres humanos.
La escritura poética participa en el desarrollo de estéticas que ahora mismo están germinando y que muy pronto encontrarán caminos adecuados de divulgación, dando cuenta de los procesos industriales y de comercialización global, el mundo paralelo de la cibernética con sus placeres virtuales, la entronización de las migraciones con los sub-productos de insaculación metalingüística, el dinero de plástico y un capitalismo degradado que nos hace más una estadística que personas reales.
Los fragmentos que producen la impresión paradojal, el oxímoron afectivo; estos procedimientos de estilo logran en su tejido final, una textura barroca llena de sobresaltos, de protuberancias, de asimetrías, que nos permitirán, como lectores, presenciar la totalidad de esa fragmentación antedicha como una posibilidad de sentido pleno, es así como se logra la perfección de este discurso, encomiable esfuerzo estético no definitivo que a partir de segmentos desechables de la realidad discursiva alcanza precisión por contorno, ensamblaje e instalación que hace que los residuos del lenguaje, las palabras desprovistas ya de sentido, regresen desde los escombros a construir sentidos nuevos, nuevas disposiciones afectivas y conceptuales.
Además de todo esto, la palabra escombro, nos sugiere las diversas partículas de un todo ya desecho, de un remanente, una escoria, el cascajo residual de un edificio vasto, de un continente en ruinas, así la vida nuestra, así la vida vivida todos los días. De ahí que sea la poesía un vehículo que permita la reunión de aquello que alguna vez fue nuestro, que en la recopilación de estos fragmentos que un día fueron vida plena, podamos dar rostro, al menos provisionalmente, a nuestro ser desmembrado.
Cuáles serán las características más peculiares de esta poesía nueva, no lo sabemos, pero creemos que incluirán una nueva velocidad léxica, la exploración de un lenguaje desde derroteros metalingüísticos, la utilización de diversas lenguas multimodales, una elaboración cada vez más compleja del légamo sintáctico.
En otras literaturas y otras lenguas, se viven procesos similares al nuestro: la disputa entre una poesía del lenguaje, que logra su perfección y agota sus posibilidades en el uso de la lengua, y por otra parte, una literatura que busca repoblar el sentido en su discurso, que aspira profundamente a responder cuál es el sentido de la existencia; afortunadamente, en los mejores talentos, esta doble vía logra emulsionar desde la perfección técnica el riesgo expresivo con un sentido profundo que devela la circunstancia del hombre en el torbellino de la convulsa vida diaria.
Pienso todo esto en una pequeña capilla llamada Santa María Tonanzintla, en Puebla, México, aquí se reunieron los artesanos indígenas para construir una visión de su Paraíso con una ornamentación sustentada en el estilo llamado Barroco, colocaron ángeles morenos entre mazorcas y chiles, entre calabazas y piñas, asimilaron el discurso estético europeo y lo adecuaron a su particular comprensión del mundo. Es ese quizá el camino de la poesía en nuestra lengua hoy, asimilar y adecuar a nuestros usos la corriente vertiginosa de la vida globalizada, portar sentido, dar respuestas mínimas, pequeñas respuestas a las grandes preguntas, dar testimonio de nuestra vida en la tierra.

Saturday, April 02, 2011

El tío poeta Sotero Bojórquez

Brindis de Navidad (Para la memoria del tío Sotero Bojórquez)

Donde empieza la infancia/hay siempre un hueco oscuro/ y una camisa a rayas/Neblina de los tíos/de corbatas eléctricas/y una sonrisa tenue/su bigote de línea/En la consola añosa/Manuel Bernal ensaya/con lacrimoso acento/la muerte inconsolada/de aquel seminarista/Los buñuelos ardiendo/ y su miel no se nombra/¿Quién soy yo en el estruendo/de sobrinos anónimos?/¿Quién detiene sus ojos/en el hostil flachazo/del cuadrifronte cubo?/La memoria inocente/recuerda ya sin lágrimas/su pijama mojada.

Mario Bojórquez

Para El Debate de Culiacán
22 de diciembre de 2010
Kansas City, MO, USA


Sunday, February 13, 2011

Mario Bojórquez recibe galardón en el Palacio de Bellas Artes


El vate mochitense, fue uno de los 12 reconocidos con los Premios Literarios INBA 2010
Los Mochis.- Mario Bojórquez, la máxima voz poética contemporánea mochitense, fue ovacionado por el público que acudió a la entrega de los Premios Literarios INBA 2010, la noche del pasado jueves.
Al virtuoso poeta le fue reconocida su alta inventiva en que se conjugan la creación y un vasto conocimiento de las letras universales, en su obra, Alteridad y poesía. Antología apócrifa de ensayos sobre la heteronimia en la poesía iberoamericana actual.
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes otorgó al vate mochitense el Premio Nacional de Ensayo "José Revueltas 2010", que tuvo lugar en la sala principal del máximo recinto cultural.
Discurso. En el marco de la entrega de los 12 galardones literarios en Bellas Artes, Mario Bojórquez ofreció el siguiente discurso: "'Yo anhelo expulsar de mí, cualquier palabra, cualquier sílaba que no nazca de la combustión de mis huesos', aseguró el poeta Ramón López Velarde en 1916. Hoy, junto con él, nosotros volvemos a rechazar toda 'sílaba ociosa'. La poesía mexicana se ha caracterizado por ser profunda y celebratoria, con el rey poeta Netzahualcóyotl se planteó en su metafísica que éramos seres transitorios y finitos y con el príncipe Tecayehuatzin se vinculó con la amistad, la alegría y las flores, oponiendo al dios menor Huitzilopochtli, al dios del Cerca y del Junto, Tloque Nahuaque. El México independiente nos legó con su Academia de Letrán a neoclásicos como Quintana Roo y románticos como Rodríguez Galván, la Reforma nos dio la visión liberal en poetas que privilegiaron la educación y el respeto a la ley, Prieto, Ramírez, Altamirano, con la Revolución nuestros poetas dialogaron con todas las formas de vanguardia entre Contemporáneos y Estridentistas y el segundo siglo que comienza con los nacidos en sus primeras décadas, colocaron a la poesía mexicana en las más altas cumbres de la lengua española, Paz, Huerta, Chumacero, Castellanos, Sabines, Bonifaz Nuño, Lizalde; a esta estirpe pertenezco. Hoy nos debatimos entre una poesía vinculada a los procesos de exploración del lenguaje como finalidad última y otra que busca el diálogo humano a partir del reconocimiento del otro independientemente de la forma que elija para alcanzarlo. La poesía mexicana representa estadísticamente al menos a una tercera parte de los hablantes del español, es el momento, pues, de su refundación, seamos profundos y alegres como han sido nuestros padres, conservemos y nutramos nuestra lengua con la precisión de esa sílaba hecha con la sangre de nuestros afectos, para recordar a la mitad de este foro que 'la Patria es impecable y diamantina'".
Poema con el que
concluyó su discurso

Me han pedido que lo haga en un minuto
que diga Hidalgo, Juárez y Madero
que retaque dos siglos por entero
en un tomo falaz y diminuto:
Abajo el mal gobierno… no discuto,
Entre los individuos… desespero
Con el Plan de San Luis,me recupero
y 70 del PRI y el sustituto
Así celebro yo el bicentenario
así lanzó mis fuegos al osario
y con humor macabro y funerario
repulo un esqueleto centenario
También puse de pie un monigote
que es nadie y todos juntos con bigote

Galardonados en la ceremonia
Marcela Sánchez Mota.
Dante Medina.
Jaime Romero Robledo.
Armando Gutiérrez Méndez.
Teresa Castelló Iturbide.
Mario Bojórquez.
Roberto Ransom.
Francesca Gargallo.
Eleonora Luna Reyes.
Pablo Iván García.
Miriam Alicia Patrana.
Kenia Cano.

mirella.lopez@debate.com.mx

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V Festival Internacional Poesía Granada 2009