Del otro sueño
Puse una calle ancha al final de tu sueño
para que, si escapabas, no perdieras la ruta.
Puse una lámpara, un letrero en el bosque,
puse una luna clara, sin nubes, en los árboles.
Puse mi corazón en tu mano latiendo
y esperé que volvieras con el aire en la tarde.
Mario Bojórquez
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